Clasificación
ontológica basada en la concepción platónico-aristotélica de la definición
según el género y la diferencia específica -de donde viene la fórmula
escolástica definitio fit per genus proximum et differentia specifica-, lo cual
es el camino para determinar la esencia (quidditas) de un ser. El esquema de
Porfirio ejerció gran influencia en la filosofía medieval y en el ámbito de la
taxonomía, como instrumento de clasificación de plantas y animales (véase ontología
y taxonomía).
El
árbol de Porfirio (Arbor Porphiriana) consiste en un esquema donde se
representa la relación de subordinación de los géneros, especies inferiores e
individuos, con respecto a la sustancia considerada como género supremo. Es un
típico ejemplo para ilustrar la ley de la extensión y de la comprensión. El
tronco del árbol está constituido por cinco ideas fundamentales ordenadas de
mayor a menor extensión: sustancia, cuerpo, viviente, animal y hombre. Es fácil
constatar que las ideas del tronco central tienen mayor extensión pero menor
comprensión, a medida que se va ascendiendo en él. En efecto: hay más animales,
que hombres, más cuerpos que vivientes, etc. En las ramas del tronco se ubican
cuatro pares de conceptos intercalados, que son las diferencias. Así:
Género Supremo:
SUSTANCIA
Diferencia Genérica: corpórea / incorpórea
Género Subalterno: SUSTANCIA CORPÓREA
Dif. Genérica: animada (viviente) / inanimada (no viviente)
Género Subalterno: VIVIENTE
Dif. Genérica: sensible / insensible
Género Próximo: ANIMAL:
Dif. específica: racional / irracional
Especie especialísima (o ínfima): HOMBRE (especie inferior, en la que se encuentran los individuos: Pedro, Juan, Daniel…)
Diferencia Genérica: corpórea / incorpórea
Género Subalterno: SUSTANCIA CORPÓREA
Dif. Genérica: animada (viviente) / inanimada (no viviente)
Género Subalterno: VIVIENTE
Dif. Genérica: sensible / insensible
Género Próximo: ANIMAL:
Dif. específica: racional / irracional
Especie especialísima (o ínfima): HOMBRE (especie inferior, en la que se encuentran los individuos: Pedro, Juan, Daniel…)
El
término más general (o supremo), es aquel por encima del cual no hay otro más
elevado. El género más especial, es aquel por debajo del cual no hay otra
especie subordinada. Los géneros intermedios son los que están situados entre
ambos, siendo, a la vez, géneros y especies.
Comenzando
desde arriba, el árbol de Porfirio se puede leer así: Toda sustancia es
material (compuesta) o inmaterial (simple). La sustancia material (o compuesta)
se llama cuerpo; la inmaterial (o simple) se llama espíritu. Todos los cuerpos
son animados (con vida) o inanimados (no vivientes). Los cuerpos animados se
llaman seres vivos; los inanimados se llaman minerales. Un cuerpo viviente
puede ser sensible o insensible. Los vivientes sensibles se llaman animales;
los insensibles son los vegetales. Los animales pueden ser racionales e
irracionales. A los animales racionales los llamamos hombres; los irracionales
son las bestias.
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